Siempre que se hace una historia (como dice Silvio) se hace de un hecho, un lugar o un personaje "importante". Pero prefiero hablar de un hombre común. De un ser que sé no aparecerá en los textos de historia de Moya Pons, y estoy seguro de que Euclides no le dará ni un átomo de la coba que la da al Jefe (zafa, como Junot). Pero para mi es uno de esos personajes que yo les llamo "protagonista de la nada".
Les digo algo, ni su nombre se, es muy enredado, es un japonés, imaginen ustedes, sus nombres siempre tienen muchas consonantes y yo no soy bueno en recordar nombres así.
Me impresionó en el primer y único encuentro. Lo que conocí de el es que vino al país a finales de la década de los 90,s ;como técnico del programa de Cooperación Internacional del Japón (JICA)
Como les sucede a casi todos los extranjeros: se enamoró; del país, y de una criolla, entonces se quedó y se casó, (con la criolla y con el país).
Si, porque cuando agotó su compromiso de asesorar a la Secretaría de Medio Ambiente, para la conservación de los recursos costeros marinos, entonces decidió trabajar por su cuentas.
Su proyecto es uno de los más hermosos que un humano pueda hacer (le tengo envidia de la sana). Este señor tiene, quizás, el único acuario natural que hay en el país.
En otras zonas hay, pero las especies marinas no son tan libres como aquí.
Su tarea es alimentar cada día a peces, tortugas y otras especies, en un área que tiene delimitada en la Playa de Las Galeras, en Samaná.
Es realmente bello acompañar a este señor, y su hijo, a quien trajo al país para ayudarle; en un tours con los peces.
El negro y yo tuvimos el placer de hacerlo. BUCEAR rodeados de peces, es algo más que gratificante; inclusive ellos te tocan.
Se les alimentan y ellos se van a las profundidades del mar y cuando quieren regresan. Muchos de ellos prefieren regresar a este lugar ya que tienen alimento gratis y sin esfuerzo. Incluso en el área ya ahí pequeños corales (cosa que antes había eliminado los lugareños), señal de que muchos peces empiezan hacer de esta zona su hogar.
Eso se llama ser LIBRE. No como las tradiciones peceras y acuarios que vemos, donde los animales son atrapados solo para divertir y entretener a las personas ( como un tal Ocean Word que anda por ahí).
El japones nos contó que antes había manaties, pero como ya saben el hambre humana los devoro, por eso en toda la Playa de Las Galeras, se puede encontrar un tipo de algas que comía.
El ser humano busca la libertad siempre, pero a la misma vez quizás hasta instintivamente le quita la libertad a muchas cosas, solo por egoísmo.
Quizás por eso queremos tanto tener pajaritos en jaulas, tortugas en la casa, etc. pero realmente son felices los animales atrapados, solo para el deleite del ser humano?..
Nos costara acertarlo pero el mejor regalo que podemos hacerle a un animal (no domestico) y la mejor muestra de admiración, respecto y amor es obsequiarle su libertad absoluta. aunque un minuto después de ser libre, sea el almuerzo de su superior en la cadena alimenticia, porque al menos su ultimo minuto fue verdaderamente FELIZ y LIBRE...
Les digo algo, ni su nombre se, es muy enredado, es un japonés, imaginen ustedes, sus nombres siempre tienen muchas consonantes y yo no soy bueno en recordar nombres así.
Me impresionó en el primer y único encuentro. Lo que conocí de el es que vino al país a finales de la década de los 90,s ;como técnico del programa de Cooperación Internacional del Japón (JICA)
Como les sucede a casi todos los extranjeros: se enamoró; del país, y de una criolla, entonces se quedó y se casó, (con la criolla y con el país).
Si, porque cuando agotó su compromiso de asesorar a la Secretaría de Medio Ambiente, para la conservación de los recursos costeros marinos, entonces decidió trabajar por su cuentas.
Su proyecto es uno de los más hermosos que un humano pueda hacer (le tengo envidia de la sana). Este señor tiene, quizás, el único acuario natural que hay en el país.
En otras zonas hay, pero las especies marinas no son tan libres como aquí.
Su tarea es alimentar cada día a peces, tortugas y otras especies, en un área que tiene delimitada en la Playa de Las Galeras, en Samaná.
Es realmente bello acompañar a este señor, y su hijo, a quien trajo al país para ayudarle; en un tours con los peces.
El negro y yo tuvimos el placer de hacerlo. BUCEAR rodeados de peces, es algo más que gratificante; inclusive ellos te tocan.
Se les alimentan y ellos se van a las profundidades del mar y cuando quieren regresan. Muchos de ellos prefieren regresar a este lugar ya que tienen alimento gratis y sin esfuerzo. Incluso en el área ya ahí pequeños corales (cosa que antes había eliminado los lugareños), señal de que muchos peces empiezan hacer de esta zona su hogar.
Eso se llama ser LIBRE. No como las tradiciones peceras y acuarios que vemos, donde los animales son atrapados solo para divertir y entretener a las personas ( como un tal Ocean Word que anda por ahí).
El japones nos contó que antes había manaties, pero como ya saben el hambre humana los devoro, por eso en toda la Playa de Las Galeras, se puede encontrar un tipo de algas que comía.
El ser humano busca la libertad siempre, pero a la misma vez quizás hasta instintivamente le quita la libertad a muchas cosas, solo por egoísmo.
Quizás por eso queremos tanto tener pajaritos en jaulas, tortugas en la casa, etc. pero realmente son felices los animales atrapados, solo para el deleite del ser humano?..
Nos costara acertarlo pero el mejor regalo que podemos hacerle a un animal (no domestico) y la mejor muestra de admiración, respecto y amor es obsequiarle su libertad absoluta. aunque un minuto después de ser libre, sea el almuerzo de su superior en la cadena alimenticia, porque al menos su ultimo minuto fue verdaderamente FELIZ y LIBRE...
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